Tensión Genital en la Mujer Afecta la Erección y el Control de Eyaculación en el Hombre

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La tensión y el placer

Por supuesto. La tensión genital en la mujer afecta la erección y el control de eyaculación en el hombre. Ya sabemos que todo afecta a todo. Y que la mayoría de los problemas sexuales son derivados de la tensión. Pero seguramente afecte mucho más de lo que podamos creer. No se trata de cargar la culpa a uno u otro, si no de poner consciencia para que todas las partes aprendan. Y así consigan más y más placer, que de eso se trata.

La tensión en sí no es mala. Al fin y al cabo, el placer es dual: Está compuesto por la combinación de tensión y relajación. Tomar consciencia de esta dualidad en el juego del placer sexual es una bonita y efectiva forma de trascenderlo, y llegar a la unión y el amor verdadero.

Bien gestionada, la tensión nos ayuda a controlar el placer, la eyaculación, los orgasmos, y muchos aspectos de nosotros mismos y la relación con los demás. Sin embargo, la tensión mal gestionada puede generar círculos viciosos, hábitos que pueden limitar nuestro placer, o desaparezca, o aparezca dolor, y el hábito se establezca y perdure.

Gestión de la tensión

La mayoría de problemas sexuales son debidos al exceso o mala gestión de la tensión, tanto en hombres como en mujeres. Responsable en los hombres de los dos síntomas más comunes en las consultas: El control de eyaculación y la disfunción eréctil.

Puede manifestarse en forma física, emocional o mental. Un estado afecta a otro, y se pueden trabajar por separado. La creencia (mental) genera una emoción determinada que se manifiesta en el cuerpo. Aunque podemos intervenir en la creencia, el resultado al trabar en el cuerpo, incluyendo emociones y mente, suele ser más efectivo.

Básicamente,  la tensión física y emocional se gestionan de la misma forma: Al observar, aceptando la tensión sin voluntad de aumentarla, hace que nos relajemos, tanto física como emocionalmente. Aprender la gestión de la tensión y relajación es importantísimo para nuestro bienestar.

La tensión en la mujer

Suele ser derivado de la tensión el síntoma más común en las consultas de los sexólogos: La dificultad para llegar al orgasmo. Curiosamente, muchas mujeres utilizan la tensión para llegar al orgasmo. ¿Como es posible? ¿Qué ocurre?

Cada mujer es un caso único y no hay dos iguales, pero hay ciertos patrones que se pueden considerar comunes. Como es el hecho de utilizar la tensión física para aumentar el placer y en muchos casos, facilitar el orgasmo. Así lo aprenden a hacerlo muchas mujeres, y continuan con esta práctica en el futuro. La tensión se experimenta en cualquier zona del cuerpo, aunque hay zonas donde lo hace con mayor intensidad: Estómago, cervicales, mandíbula, piernas… y el caso que nos ocupa, que nos lleva a la zona genital.

La tensión genital en la mujer

La zona genital femenina puede contener muchísima tensión de todo tipo, debido a muchas circunstancias pasadas y presentes. En la zona exterior:  La vulva, y su centro sensitivo: El clítoris, el órgano femenino con más terminaciones nerviosas y la mayor fuente de placer para la mayoría de mujeres.

En la zona genital interna es donde se suele almacenar tensión debida a experiencias pasadas: Por traumas del pasado y por simple hábito de conducta, sobretodo en el útero. La via de comunicación de esta tensión genital es la vagina. Diseñada para el contacto directo con el pene, es donde ponemos nuestra atención, para señalar el título de este artículo: La tensión genital en la mujer afecta la erección y el control de eyaculación en el hombre.

La vagina entra en contacto con el pene

En la copulación, la vagina es la zona de contacto con el pene,  donde existe la comunicación físicamente. Esta comunicación contiene todo aquello que está influyendo en el momento, tanto del pasado como del presente: Deseo, instinto básico, placer, voluntad, miedos, resistencias, condicionantes, simples hábitos de conducta, etc., y se puede manifestar en forma de tensión. Esta tensión puede ser muy variada, dependiendo de toda esta cantidad de factores, más o menos física y muscular. Puede estar asociada a la búsqueda del placer genital por parte de la mujer, una de las principales causas de tensión genital.

Y todo esto es traspasado al pene, que por su parte, acumula también su tensión. Entre otras: la de la necesidad de mantener una erección y un control de eyaculación.

¿Que hacer? (Si eres mujer y estás siendo penetrada)

El sentido común nos empuja a decir: ¡Relájate!. Pero tengamos en cuenta que la gran regla para obtener relajación es la aceptación, tanto a nivel mental, como emocional y físico. Así que aceptar, asumir o incluso agradecer, es el principal paso para relajarnos. No suele ser tan fácil en un momento dado, aceptar nuestros pensamientos, deshacernos al instante de creencias y cambiar emociones. Suele ser más efectivo hacerlo desde el cuerpo, desde lo físico.

Entonces, ahora sí:¡Relájate!. Relaja tu cuerpo y sobretodo, la zona genital, y más aún, tu vagina. Y en esta relajación, añade tu intención de incluir mente y emociones, relaja todo tu ser. Abandona cualquier objetivo que no sea estar presente, con aceptación y apertura. Es posible que en un principio eches de menos un placer inmediato, como una fricción intensa que aumente tu tensión y placer, y sientas cierta desconexión. Céntrate más en tu propia presencia y la conexión con el hombre que te está penetrando. No utilices la tensión para aumentar el placer en tu vagina.

La relajación de tu vagina relajará su pene, que se pondrá más duro y tendrá más control de su placer y eyaculación. Se sentirá más seguro y conectado consigo mismo y contigo. Es probable que, con todo eso tu sientas más placer y conexión. Siempre tendrás la opción de utilizar la tensión para aumentarlo, pero serás más consciente de sus consecuencias. Por otra parte, si no centras tu energía en la tensión de tu vagina, podrás utilizarla en otros aspectos: erotismo, amor, conexión…

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