Sexo Online Manual de Buenas Prácticas

Sexo Online: Manual de Buenas Prácticas

  |   amor, coaching, Educación, pareja, placer, Sex Coaching, sexualidad, tantra   |   Sin comentarios

Sexo Online: Manual de Buenas Prácticas

Nada como hablar, susurrar, gemir, gritar, tocar, comer, besar, chupar, pellizcar, penetrar, abrazar, comer, pegar, lamer, escupir, mear, eyacular, mordisquear, acariciar, soplar, mirar, oler, masturbar, escuchar, sentir, …al natural. ¡Nada como eso!

Pero, si no es posible o, como práctica muy interesante (más de lo que muchos imaginan), podemos practicar sexo sin tocarnos, manteniendo las distancias, ya sea en el mismo lugar o mediante un medio de comunicación que nos permita ver y escuchar.

Este manual nos puede ayudar mucho a disfrutar y aprender al practicar el sexo a distancia. Para después, cuando practiquemos sexo presencial y tocando, lo disfrutemos aún más.

Practicando la consciencia. El sexo tántrico a tu alcance

El sexo online nos permite disfrutar y practicar algo muy importante en el sexo: La consciencia.

Cuando nos excitamos al practicar sexo normalmente, se altera nuestra consciencia, y entramos en un estado de “trance”. Ocurre normalmente cuando nos excitamos al besarnos, haciendo el amor, practicando sexo oral o simplemente al abrazarnos. Cuando practicamos sexo online, entramos en trance también al excitarnos, aunque, en este caso, el estímulo corporal directo es la masturbación.

En estado de trance solemos sentir mucho placer. Ocurre que, en trance, no somos muy conscientes. No es un momento adecuado para negociar el consentimiento, por ejemplo. Pero podemos ser más conscientes en este estado. Esto nos lleva a otra dimensión del sexo. Es lo que se promueve en el sexo tántrico. Al estar excitados y al mismo tiempo conscientes, podemos sentirnos más cerca de nuestra pareja, unidos, podemos comunicarnos mucho mejor y sentir mucho más amor. Se consigue practicando. El sexo online es la práctica perfecta.

Conocerme y conocerte

El sexo online requiere una continua comunicación, lo que nos obliga a hablar y estar presentes. Tendremos que pensar en qué queremos y qué no queremos. Tendremos que valorar si estamos o no dispuestos. Normalmente, no es fácil saber lo que queremos. Suele ser más fácil saber qué no queremos. Es muy buena práctica el pensar en lo que queremos.

Recordemos que el consentimiento es siempre reversible. Por lo tanto, nunca podrá ser desagradable, porque en el momento que no nos sintamos bien: Paramos. Y lo comunicamos con amabilidad y respeto a nuestra pareja para re dirigir el juego.

Aparte de ayudarnos a conocernos a nosotros mismos, el sexo online nos permite conocer a nuestra pareja más que ninguna otra actividad, incluido el sexo convencional. Sabremos qué le gusta y qué no, cuales son sus deseos y fantasías, cuales son sus límites y cómo ampliarlos, qué está dispuesto o no dispuesta a hacer. Podemos explorar el deseo, el amor, la entrega, la dominación, el respeto por nuestros propios límites y los del otro. Con práctica veremos que los límites no son obstáculos permanentes, sino que proporcionan espacios extraordinarios temporales a explorar. Esto nos proporcionará conocimiento propio y del otro, nos servirá para siempre y, por supuesto, añadirá valor cuando practiquemos sexo presencial.

Antes de empezar      

Debemos saber las reglas del consentimiento, que es lo que abre el espacio. El consentimiento debe ser: LICRE

Libre De coacciones o intereses. Debe ser tomado sin ninguna presión, en total libertad.

Informado Debe contener toda la información sobre lo que se va a hacer, sin ninguna excepción.

Concreto Cuanto más concreto mejor, y evitar una generalización que pueda confundir.

Reversible En cualquier momento podemos cambiar de opinión y echarnos atrás, sin que ello deba causar ninguna culpa ni reprobación.

Entusiasta Debemos sentirlo de corazón, tener ganas. Tanto en lo que queremos hacer en el rol de pedir como a lo que estamos dispuestos en el rol de permitir. No se trata de tolerar en ningún caso.

Gracias a este conocimiento, podemos abrir espacios absolutamente seguros, que permiten ser generosos a ambos, y así poder explorar nuevas experiencias sin miedo ni riesgo.

Equipo técnico

Ordenador o móvil. El móvil tiene la ventaja que lo podemos mover mas fácilmente. Como desventaja, la pantalla es más pequeña. Si utilizamos un móvil es mejor tener un trípode o artilugio para tener la opción de fijarlo. Utilizamos la cámara frontal. También podemos sostenerlo con la mano y así enfocar las zonas del cuerpo que queramos, y acercárnoslo a la cara para mirar de cerca. Va bien combinar las opciones fijo-móvil.

Elijamos la mejor aplicación para ambos: What’s app, Face Time, Viber, Google Duo, Skype, Messenger…Tengamos cuidado con nuestra privacidad.

Tengamos en cuenta que dependemos del equipo para la comunicación. Debemos moverlo o mover nuestro cuerpo para ajustar la visión del otro. Practiquemos, como si fuéramos cámaras profesionales, para una mejor imagen. El sonido es importante, sobretodo a la hora de escuchar expresiones de placer, por lo que mejor con auriculares que con altavoz, y mejor sin cable.

Al retransmitir, aparece una pantalla muy pequeña en la pantalla donde vemos a la otra persona. Debemos fijaros en esta pantalla pequeña para ver lo que ve el otro, y enfocar bien lo que queramos que vea u nos pidan ver.

Recordemos que la cámara son nuestros ojos. Démonos ambos continuas instrucciones de lo que queremos ver.

Importante tener una buena conexión.

Familiaricémonos con el lenguaje del sexo

El lenguaje en el sexo no suele ser fácil. Tenemos el clínico: Genitales, Pene, Vagina, Testículos, Coito, Felación… El infantil: Vulva, Pito, Triki triki… Y el informal: Coño, Polla, Follar… Podemos usar Yoni y Lingam como formas “tántricas”. Elegimos el lenguaje que nos guste más. No recomiendo decir: “Tócate ahí abajo”. Practicad y desvergonzaros. Puestos a recomendar…el que nos sea más excitante. ¿El informal…?

¡Empieza el juego!

En un lugar cómodo y privado.

En este juego uno pide lo que quiere, y el otro se entrega, y lo hace. Así de simple.

Apliquemos bien los principios del consentimiento. Negociémoslo para que ambos estemos satisfechos antes de empezar y quede bien claro. No intentemos rebasar el límite: A mayor seguridad del entregado, mayor conexión y generosidad. Es mejor no hacer tanto y hacerlo bien que hacer mucho y mal.

Se trata de que le guste al que pide. El que permite o se entrega tiene que estar dispuesto, nada más. Eso no significa que no le pueda gustar, incluso más que al que pide. La entrega tiene eso.

Mejor demasiado corto que demasiado largo

Aunque está bien ser flexible, mejor hagamos peticiones de acción rápida. Son de más fácil cumplimiento y permiten más facilidad en la entrega. Por ejemplo, un striptease completo lento de película podría costar más de cumplir que quitarse una prenda. Pero, siempre que estemos disfrutando, ¡Adelante! Comunicamos una acción o acciones concretas. Podemos especificar también el tiempo. También podemos poner una alarma con el tiempo que hayamos acordado para cada acción (1 minuto, 5 minutos…).

Cambiar de rol…, o no

Igualdad de oportunidades para ambos. Pero si los dos estamos cómodos en un rol determinado: Perfecto, adelante, no hace falta cambiar. Sin embargo, siempre está bien probar el otro rol, y poder cambiar siempre que se quiera.

Seamos amables y concretos en las peticiones

Por favor, ¿Podrías hacer esto por mí? ¿Te gustaría…? ¿Te apetece hacerlo?

Susúrrame “te quiero cariño” una y otra vez, con cara de deseo durante 1 minuto muy cerca y mirando la cámara. Quítate el sujetador despacio y cuando termines acaricia tus tetas mostrándomelas bien, y al final te escupes en ellas y esparces tu saliva por como si fuera aceite. Sácame la lengua y provócame como una puta/puto mirando a la cámara. Sírvete y bebe un vaso de agua lentamente, siendo sensual, sintiendo que te deseo mucho y me encanta verlo, al final, guárdate agua en la boca y trágala como si fuera mi semen y como si te gustara mucho. Muéstrame como acaricias tu polla y huevos despacio, y si crece, empieza a masturbarte para ti, como si yo no estuviera, y si quieres ya te daré nuevas instrucciones.

Aceptemos la petición siempre de corazón. Si no es así, negociamos o hacemos otra cosa. Mejor hacer menos pero que la entrega sea total

Sí, lo hago con gusto…. Mmm… ¡Sí! Me apetece y me va a encantar hacerlo. No eso no, otra cosa.

No se si voy a hacer eso…Hago de momento lo primero, que sí me gustará hacerlo para ti, con todas mis ganas, a ver como me siento… ¿Te está bien hacer eso? Sí, bien. O… No, eso no. ¿Harías esto otro? Sí, con mucho gusto.

Pregunta. Corrige. Asiente. Valora

¿Así está bien? No, así no, así. Un poco más o un poco menos fuerte, suave, lento, profundo, dentro, fuera, acércate el móvil, ahora mírame a la cámara mientras lo haces, etc.

Asiente para que sepa que lo hace bien: Así, muy bien. Así me gusta. Abre más las piernas, no tanto. ¡Qué bien lo haces! Ponte de lado para que te vea mejor. Me encanta. ¿Te gusta a ti? Sigue. No pares. ¡Cómo me pone esto…!

Especifica si es para ti o para mí

Tócate para que yo lo vea…hazlo sabiendo que me estas poniendo a mil. Ahora tócate como si yo no estuviera. Olvídate de mí. Mastúrbate para que yo lo vea…O mastúrbate olvidándote de mi, para tu propio placer.

Mantengamos la comunicación continuamente

Utilicemos la voz muy a menudo, para mantener la conexión consciente, sobretodo quien manda. Si paramos de hablar, acabaremos masturbándonos cada uno por su cuenta, que no está mal, pero la conexión será mucho menor. Utilicemos nuestras propias palabras.

Así, así. ¡Cómo me gusta! Muéstrame…. ¿Estás tú bien? ¿Te gusta a ti? Sigue… ¡Me encanta! Muy bien. Me está gustando mucho. ¿Te gusta a ti? ¡No sabia que podía sentir eso…! ¡Qué ganas me dan de correrme! ¡Dios mío! Utilicemos nuestros nombres y-o sustantivos que queramos: Cariño, amor, cabrón, zorra, ¡Sigue así…! Ahora párate y mírate a ti mismo. Etc.

¡Expresémonos!

La expresión expande el placer hasta niveles insospechados. Además, proporcionas una información muy valiosa sobre tu estado a tu pareja, y le contagia la excitación. Gimamos y gritemos todo lo que podamos.

Utilizamos la masturbación para mantener la excitación, el placer y la conexión

Mientras jugamos, podemos empezar a estimularnos los genitales. Incrementaremos el placer y excitación. Cuidado con entrar en un estado de trance que nos corte la comunicación. Si esto sucede, paramos de masturbarnos, y seguimos luego. Utilizamos la masturbación para regular la excitación.

Juguetes, lubricantes, lencería

Pueden ampliar el abanico de posibilidades, pero cuidado con que no las cierren si se convierten en protagonistas.

Dejemos que fluya

Si entramos en un estado donde estamos muy a gusto los dos, dejemos que fluya: Aprovechamos este estado, honramos nuestros descubrimientos y nos olvidamos del juego. Quizás más tarde queramos volver, o quizás derive a un estado aún mejor. Si por el contrario no fluye, paramos y volvemos al juego. Recordemos que siempre debemos parar si no estamos a gusto, sea cual sea nuestro rol.

¿Final feliz?

Siempre es una opción terminar el sexo online con un orgasmo si lo podemos conseguir. También puede ser una buena opción no tenerlo. Cada persona es diferente con respecto a todo, pero especialmente con los orgasmos y con la eyaculación, tanto mujeres como hombres. Gestionémoslo de la forma más conveniente para cada uno. Todas las opciones son buenas si no perjudican a nadie. Para los hombres, en general, mejor no eyacular muy a menudo para mantener las ganas. Así quizás podamos mantener la llama del deseo encendida continuamente.

Para tener en cuenta

Permitirnos no excitarnos y tomarlo como un simple juego.

No tener una expectativa demasiado alta. Buscamos entretenernos o divertirnos y, si nos excitamos, perfecto, y si no, también.

Una relación sexual jamás debe hacernos pasar un mal rato. Si nos ocurre es que algo no estamos haciendo bien. Probablemente no hemos entendido bien lo que significa el consentimiento. Revisémoslo.

Permitamos siempre pensar lo que quiera a nuestra pareja, sin límites. Además, si no lo hacemos, le estamos obligando a mentir. Nunca nos culpemos por nuestros pensamientos ni por los de los demás. La libertad de pensamiento está protegida por la ley. Una cosa es un pensamiento y otra es una acción. Del mismo modo que una cosa es una fantasía y otra es practicar sexo. Además, si nos resistimos a pensar en algo, lo más probable es que pensemos más en ello.

Lo vivido en el sexo online no solo sirve para pasarlo bien y aprender en el momento. También sirve para recordar y afianzar nuestro amor, pasión y entrega –Tendré en cuenta esto que has hecho por mí– Me excitaré recordándote así–.

¡Seamos creativos!

Si quieres reservar una sesión privada, contáctame por cualquier medio.

Suscríbete a la newsletter para recibir publicaciones y actividades.

Sin comentarios

Publicar comentario