Coaching Ontológico

coaching_ontologicoCualquier resultado será consecuencia de unas acciones. Podemos diseñar las acciones adecuadas para lograr los resultados deseados, o incidir directamente en el Ser que actúa, para que los resultados sean la consecuencia de quienes somos. Es el Ser el foco principal del Coaching Ontológico. Ser es lo que nos hace felices, independientemente de los resultados que obtengamos.

Ontología significa estudio del ser. Coaching ontológico significa entrenamiento del ser.
El Coaching Ontológico centra su intervención en nosotros mismos, en el ser que somos en todo momento presente.
Podemos intervenir en este ser que somos a través del Cuerpo, Emoción y Lenguaje. La intervención en un área afecta a las demás.

En el cuerpo se manifiestan las emociones que principalmente son activadas por una interpretación realizada por la mente. Esta interpretación es lingüística. Este código cifrado en forma de lenguaje ha sido estudiado a fondo por la Ontología del lenguaje, que representa una parte muy importante del Coaching Ontológico.

Ontología del lenguaje

ontologia_del_lenguajeEl postulado básico de la Ontología del Lenguaje tiene la capacidad de cambiar radicalmente la interpretación que tenemos de la vida y nosotros mismos: El lenguaje genera ser y realidad.

En general, vivimos con la creencia de que la realidad es la que es, nosotros somos lo que somos, y el lenguaje lo describe. La Ontología del lenguaje proporciona una comprensión de esta creencia totalmente opuesta: el lenguaje genera realidad y nos genera a nosotros. Esta forma de interpretar nos permite crear la realidad o el ser que nosotros queremos y así obtener poder de acción, ser dueños de nosotros mismos y libres de nuestras propias creencias.

Es como descifrar el sistema, descubrir nuestra Matrix.

Reinterpretar para ser más libres

Reinterpretar coaching ontologico

Al hablar, pensar o escuchar, generamos interpretaciones mediante el lenguaje, que están a la vez condicionadas por interpretaciones previas. Están formadas por diversos actos del habla: declaraciones, afirmaciones, peticiones, ofertas y promesas. Por ejemplo, la declaración-juicio bueno o malo es una interpretación lingüística. Fundaremos este juicio por experiencias pasadas o unos valores o principios.

Podemos revisar nuestras interpretaciones y modificarlas para encontrar la que nos acerque a nuestro objetivo. El solo hecho de observarlo de este modo nos facilita la desidentificación, lo que nos da libertad y poder de acción.

Las interpretaciones generan emociones y estados de ánimo, que representan la felicidad misma y nos predisponen para la acción.

Podemos hacer una reconstrucción lingüística de las emociones para detectar la estructura que contiene, y así revisarla.

Todo esto ocurre en el cuerpo, donde somatiza todo, y podemos intervenir en él con la ventaja de aplicar técnicas corporales.